Me enamoré de una fantasía (y no era él, era la idea)
Una historia de amor que escribí sola
¿Alguna vez te has enamorado de alguien que en realidad nunca ha existido? No, no me refiero a esos amores imposibles o esas historias de “y vivieron juntos para siempre”. Hablo de algo mucho más sutil y más peligroso: Enamorarte de una versión de alguien que tú misma has creado, una versión idealizada que ni siquiera se acerca a la realidad. Es como vivir en una película, pero donde el guión, lo escribes tú. Todo parece idílico, perfecto, pero cuando todo se desploma, no puedes evitar preguntarte: ¿Cómo no vi que estaba tan lejos de la verdad?
Desde que somos pequeñas, nos han enseñado que hay un príncipe azul esperándonos, un "hombre perfecto" que nos hará sentir completas, que solucionará todos nuestros problemas y nos llevará a vivir nuestra historia de amor soñada. Pero, sinceramente, después de tantas películas, novelas y canciones románticas… ¿Realmente existe ese hombre perfecto? ¿O tal vez lo que hacemos es construirlo en nuestra mente, idealizando cada uno de sus gestos hasta convertirlo en algo que ni siquiera se parece a la realidad?
Empiezas a llenar los vacíos con lo que quieres ver, con lo que deseas que sea, sin siquiera cuestionarlo. La magia está en cómo tu mente crea una historia que nunca ocurrió, pero que tú vives como si fuera real. Y de repente, sin darte cuenta, esa persona se convierte en un personaje ficticio que habita en tu cabeza.
Te pasa tan rápido que ni lo ves venir, es como un pequeño destello de magia, un momento de conexión, y de repente, te encuentras imaginando una historia que nunca existió. Lo peor de todo es que, sin quererlo, te enamoras de esa versión idealizada, de la proyección que construyes tú misma, sin que la otra persona ni siquiera lo sepa.
Lo más irónico es que no te das cuenta de que todo esto está pasando. Sus gestos, sus palabras, sus pequeñas acciones… Todo empieza a cobrar un significado más grande del que tiene. Un mensaje corto se convierte en una declaración silenciosa de afecto, una mirada fugaz se transforma en una promesa de lo que podría ser. Todo parece tener más peso del que en realidad tiene. Y antes de que te des cuenta, te encuentras completamente atrapada en esta fantasía que tú misma creaste.
Pero hay un momento muy específico y muy silencioso donde todo se desmonta, donde abres los ojos y ves que en esta historia solo estabas participando tu. Te das cuenta de que esa persona no era como la pensabas y que lo vuestro era más grande en tu cabeza que en la realidad. No hay un grito, ni una gran revelación dramática, solo una pequeña sensación de incomodidad. Y entonces, te preguntas: ¿Por qué no me había dado cuenta antes? ¿Por qué esto no está encajando con lo que había en mi cabeza? ¿Por qué está cambiando?
Pista: Siempre ha sido así. Y es que resulta que no era profundo, solo callado. Que no era romántico, solo inconsistente. Que no era tímido, solo desinteresado. Ese chico que pensabas que era perfecto, ese "príncipe azul" de tu mente, solo existía en tu imaginación. Y ahora, al mirarlo, solo ves la verdad: Una persona común, con sus luces y sombras, que nunca supo ni quiso encajar en el molde que le creaste. Esa figura que habías colocado en un pedestal empieza a caerse, pieza por pieza, y la verdad te golpea con fuerza.
Y aquí viene la revelación más dura de todas: no era él quien no supo quererte, sino tú la que no supo verlo tal y como era. Te enamoraste de la historia que tú misma te inventaste, no de la persona real que estaba frente a ti. Y, por supuesto, es un golpe directo al ego. Te das cuenta de que, al final, no estuviste enamorada de él, sino de la idea que habías construido de él. Y esa idea, tan perfecta, tan pulida, tan sin fallos… resultó no ser más que una fantasía.
Tal vez la próxima vez, en vez de enamorarme de una fantasía, me enamore de alguien con los pies en la tierra. Alguien real, con sombras y todo. Porque la fantasía puede ser emocionante… pero la realidad, si es la correcta, también puede ser preciosa.
Así que, mientras me sigo preguntando cuándo dejará mi imaginación de jugarme malas pasadas, me doy cuenta de que, tal vez, el verdadero amor no es aquel que creamos en nuestra cabeza, sino el que simplemente es, sin adornos ni expectativas desmesuradas. Porque la vida, al final, no está hecha de guiones perfectos, sino de momentos imperfectos que nos enseñan más de lo que esperábamos. Las historias que realmente valen la pena no necesitan ser inventadas, solo vividas.
Este es mi primer post, así que si estás aquí, gracias por leerme, por estar al otro lado de lo que no siempre me atrevo a decir en voz alta. Puedes suscribirte gratis y así nos podemos seguir leyendo☆
"que no era timido, solo desinteresado", nunca me habia pegado tanto, porque es la verdad. siempre esa fue mi forma de excusarlo, el necesita que yo me acerque, esta apenado, no sabe que decir, debo mostrarle que soy decidida. lastima todo fue una idea de el, y aun me sigue atormentando una idea de lo que pudo haber sido. gracias por escribir.
Me llego, estoy en el proceso de superar a alguien que me gusto durante 5 años, no se si en realidad lo idealice tanto o si realmente al final vi su verdadero él o tal vez nunca lo hice y que no era tímido, solo desinteresado, lo mejor es que voy superandolo 🤗